Con los sistemas de cloud computing, las empresas pueden gestionar sus recursos informáticos sin necesidad de dedicar horas y horas a complicados procesos de instalación. ¿Cuántas veces ha tenido usted que instalar, desinstalar, modificar programas?, ¿cuántas horas de trabajo le han quitado estos procesos? Imagínese ahora que debe llevar a cabo estas tareas para todo un sistema informático empresarial. Las nuevas tecnologías nacen para facilitar-nos la vida, nunca para complicárnosla. Es por eso que el empresariado no debe tener miedo a estas nuevas posibilidades ni ser reacios a ellas. Usar herramientas y programas de manera sencilla nunca había sido tan fácil.

En la actual sociedad de la información, el cloud computing también nos será de gran utilidad para acceder a datos remotos,  que de otra manera hubieran conformado una auténtica quimera. Estamos en plena era de las wikinomics, en la que no vale mirar-nos el ombligo y continuar con actitudes de ostracismo que no llevan a ningún lado. Compartir y mostrarnos abiertos y transparentes será, en el mundo de hoy, la clave del éxito.

Esto último pero, nada tiene que ver con la vulneración de nuestra privacidad. La modernidad y el ser abierto no son, para nada, atributos incompatibles con la seguridad. De hecho, un servicio de cloud computing nos ofrece una mayor seguridad que una gestión local. Los datos pueden ser guardados en servidores privados, a los que solo la empresa puede acceder, y en los que solo la persona que contrata el servicio puede realizar modificaciones. Y nunca debemos olvidar que estos sistemas están gestionados por profesionales que se ocupan exclusivamente de que nuestra tarea sea cómoda y segura.